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Suicidio en adolescentes: Sepa cómo padres y educadores pueden trabajar en la prevención



Cada vez son más frecuentes los casos de suicidios en adolescentes, lo que abre el debate sobre las maneras de cómo prevenirlo. ¿Cómo evitar? ¿Hay alguna señal? ¿Cómo hablar con mi hijo si creo que está mal? ¿Cómo conversar si él es compañero de alguien que se suicidó?

En 10 preguntas y respuestas, vamos a resolver estas y las principales dudas sobre el suicidio.

Hablando a Lozano escuchó a psicoanalistas, psiquiatras y especialistas en el tema para tratar de ayudar a padres, profesores y amigos a tratar el asunto:

1- ¿Es normal que el adolescente tenga depresión?

Los expertos explican que existe un tipo de depresión típica de la adolescencia, pero que no necesariamente configura una enfermedad o trastorno mental. Es parte de los procesos de cambios fisiológicos y emocionales de esa etapa. Cuando los niños hacen la transición a la vida adulta, pasan por la búsqueda de la autonomía en el mundo sin el apoyo integral de sus padres, además de experiencias de descubrimiento y conflictos relacionados con el autoconocimiento y la construcción de su identidad, definición de la profesión, explotación de la sexualidad, etc.

2 - ¿Cómo diferenciar los síntomas de depresión y de adolescencia?

De acuerdo con los psiquiatras, no siempre es tan fácil de diferenciar, ya que muchos de los síntomas son los mismos.

La clave, según los expertos, es mantener un canal de diálogo abierto con los hijos, para que la observación sea más eficaz (lea consejos más abajo).

3- ¿Todo suicidio es resultado de la depresión?

El suicidio viene en varios cuadros clínicos y a veces no tiene nada que ver con la depresión.Hay otros factores que pueden aumentar la probabilidad de suicidio, uno de ellos es la predisposición genética - independiente de la edad. Sin embargo, sólo esto de forma aislada, no debe hacer que una persona trate de matarse.

Algunos grupos de adolescentes también acaban siendo más vulnerables a desarrollar un cuadro de comportamiento suicida por cuestiones sociales. Una encuesta publicada en diciembre de 2017 revisó la respuesta de 15 mil adolescentes en la escuela secundaria, sobre si ya habían considerado seriamente el suicidio, si ya habían planeado matarse o si ya habían intentado acabar con su vida.

De acuerdo con el estudio, el 40% de los adolescentes LGBT consideraron seriamente el suicidio, el 35% planificó y el 25% intentó suicidarse, contra el 15%, el 12% y el 6% de los heterosexuales, respectivamente.

4- ¿El suicidio entonces es el resultado de qué? Los expertos divergen en relación a los procesos que pueden llevar al suicidio. Algunos explican que es "una trampa" conectar todos los casos de suicidio a la depresión. La gente suele pensar en el suicidio como el punto más profundo de una depresión, como si hubiera un proceso gradual en el sujeto, que va acercando una depresión. Algunos psicoanalistas, creen que el suicidio es el clímax de lo que denominan "proceso de morir", en el que la persona se está sintiendo disgustada con la vida y sin sentido, lo que lo va desvaneciendo existencialmente.

5- Si un suicidio ocurre, ¿de quién es la culpa?

A pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que la mayoría de los suicidios podrían haberse evitado si hubiera un tratamiento adecuado, los expertos evitan repetir este discurso porque lleva una idea de

culpabilidad. Por eso lo más importante es la prevención.

6- ¿Es posible evitar el suicidio de alguien?

La respuesta de esta pregunta no es tan fácil. Los datos de la OMS sobre suicidios que pueden ser evitados ,se basan en un estudio que se centró en los detalles de 15.000 suicidios y concluyó que en el 98% de los casos la víctima tenía algún trastorno mental, lo que indica que la muerte podría haber sido evitada si la persona recibía el tratamiento adecuado.

El problema es que ofrecer el tratamiento adecuado es una idea más fácil de defender, que de efectivamente poner en práctica. Esto porque cada caso tiene su propia subjetividad, todos implican una serie de factores y el tratamiento, tanto con remedios psiquiátricos como con psicoterapia, lleva tiempo para surtir efecto.

7- Si se sospecha de un suicidio, ¿cómo puedo prevenirlo?

Una vez más, los expertos explican que no existe una fórmula definida para estos casos, incluso cuando se trata de las personas dentro de nuestra propia casa. Es una tarea desafiante identificar signos de que un hijo adolescente está sufriendo de una angustia o depresión, más profunda que las típicas alteraciones de ese grupo de edad.

Por eso, hay que evaluar cambios de comportamiento y ver si en ellas hay señales de que algo grave y atípico de la edad está sucediendo. Un adolescente que viste ropa de manga larga y capucha incluso durante veranos calientes no necesariamente está escondiendo algo, pero los padres pueden estar atentos en busca de indicios de automutilación y cortes en los brazos, piernas, vientre o cuello, por ejemplo.

8- Mantener mi hijo en casa lo protege de incentivos al suicidio?

No, incluso en casa, los adolescentes pueden tener acceso a contenidos y personas por Internet que valoran la muerte y pueden actuar, directa o indirectamente, como facilitadores del deseo de morir. Tiene que acercarse y echar un vistazo y ver con qué contenido están jugando y con quienes están hablando. Es por esto que es cada vez más importante que los padres sean conscientes de ese peligro y esten monitoreando a sus hijos en internet.

9- ¿Hay una lista de señales comunes a las que debo prestar atención?

Sí, a partir de diversos estudios, se determinó que hay cuatro listas diferentes de signos conductuales y verbales que pueden ser directos o indirectos. Estos son:

COMPORTAMENTALES DIRECTOS

  • Tentaciones de suicidio anteriores

  • Cambios repentinos de comportamiento

  • Amenaza de suicidio o expresión / verbalización de intenso deseo de morir

  • Tener una planificación para el suicidio

  • Signos observables de depresión

  • Oscilación del humor

  • Pesimismo

  • Desesperación

  • Desesperación

  • Abandono

  • Ansiedad, dolor psíquico, estrés acentuado

  • Problemas asociados al sueño (excesivo o insomnio)

  • Intensa rabia

  • Deseo de venganza

  • Sensación de estar preso y sin salida

  • Aislamiento: familia, amigos, eventos sociales

  • Cambios dramáticos de humor

  • Falta de sentido para vivir

  • Aumento del uso de alcohol y / o otras drogas

  • Impulsividad e interés por situaciones de riesgo

COMPORTAMENTALES INDIRECTOS

  • Deshacerse de objetos importantes

  • Conclusión de asuntos pendientes

  • Hacer un testamento

  • Despedir de parientes y amigos

  • Casos extremos de irritabilidad, culpa y llanto

  • Hacer una cartera de donación de órganos

  • Comprar armas, almacenar las píldoras

  • Hacer seguro de vida

  • Colocar cosas en orden

  • Súbito interés o desinterés en religión

  • Cerrar la cuenta corriente

VERBALES DIRECTOS

  • "Quiero morir."

  • "Me gustaría estar muerto."

  • "Me voy a matar."

  • "Si eso sucede de nuevo, prefiero estar muerto."

  • "La muerte puede resolver esta situación."

  • "Si no me acepta de vuelta, me mataré."

  • "Quiero morir. ¡No lo puede soportar! Sólo muriendo para aguantar.

10 - ¿Cómo actuar si mi hijo o hija presenta alguna de esas señales?

La salida, es que los padres consigan mantenerse cerca de los hijos, superando el obstáculo de la construcción de la autonomía por parte de los adolescentes.

Cuando la situación aparenta la necesidad de intervención, la recomendación de la OMS es que las personas cercanas busquen un momento de tranquilidad para conversar con el o la adolescente sobre el suicidio. Lo importante, en ese momento, es oír con la mente abierta y no ofrecer juicios o opiniones vacías. Sólo así, la persona se sentirá acogida y la ayuda puede surtir efecto.

Tanto los psiquiatras como los psicólogos pueden ayudar desde sus respectivas áreas, a la atención de ese adolescente. Los dos remedios (psiquiátrico y psicoterapia) deben trabajar juntos.

Para los que no puedan pagar un psicólogo o un psiquiatra, el plan obligatorio de salud cubre las citas con psicólogos y psiquiatras a través de las eps y la red pública de salud.

Recuerde que no está solo y no dude en acudir a profesionales que le brindaran las herramientas necesarias para afrontar estas situaciones.

No olvide que todo lo que haga, hágalo de corazón.

-Dr. Alberto Lozano


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